28 de diciembre de 2020

Un cuento de 40k, parte II

O el extraño viaje de Ollanius, volumen dos.

[Aclaración para quien ve esta entrada por primera vez: es una historia que comenzó aquí; así que de no empezar por allá, pues... no entenderán nada de nada.]

El nemesor Zanhdrekh, ahora revelado como el fantasma de los Warhammers presentes, me convidó finalmente ese cigarrillo que me había prometido, no sin antes advertirme que el fumar iba a matarme, y contarme como el había dejado de fumar hacía ya como 40 años. Estuve a punto de señalarle que el era un robot, y que no poseía ni pulmones ni boca para fumar (o acceso a donde adquirir los paquetes de cigarrillos), pero en ese momento, Obyron -ya que ese era el nombre de su acompañante- empleo una de las más poderosas técnicas que tiene a su disposición para evitar que su amo sea expuesto como la tostadora delirante que realmente es: primero, se llevó el índice a los "labios", en gesto de silencio, luego, inclinó su cabeza al tiempo que me señalaba rápidamente con el dedo, y a continuación pasó su dedo sobre la garganta en gesto de "te vas a morir!".

Resultó muy convincente, tanto que como me quedé callado, el Nemesor se impacientó, y decidió cortar la charla para mostrarme el presente de Warhammer. Me preparé psicológicamente para un golpe que nunca llegó, (era cierto eso de que Coteaz era un cabrón nomás), porque todo lo que alcancé a escuchar fue un sonido similar al de un automóvil de Formula 1 que se aproximaba por mi espalda, tras lo cual fui bañado por un haz de luz blanca, y simplemente desaparecimos.

Casi al mismo tiempo, nos materializamos en una estructura necrona de algún tipo, con un portal de tamaño importante a nuestras espaldas. A pesar del alcohol, me di cuenta que había sido cargado en una Guadaña de la Noche, y por mucho que dijera Coteaz sobre la puerta al inmaterium, había que reconocer que era una manera muy superior de viajar.  Huelga decir que no pude evitar hacer la pregunta que ronda la cabeza de cada jugador de 40k en lo que respecta al transporte volador:

-Ey, esto de los "rayos de invasión" se lo recontra-robaron a Stargate Atlantis ¿no? Digo, porque es igual al de los aviones de esa raza "espectros..."
Zahndrekh me miró con una sorprendente buena imitación de desconcierto, pero Obyron se me acercó, y cruzando una de sus manos sobre mi hombro -yo le llegaba apenas por encima de la cintura- habló por primera vez:
-Es un error muy común, pero no. Verás, los Dardos de Stargate Atlantis descomponen a los transportados, y la información es almacenada en el mismo vehículo. En cambio, las guadañas descomponen a los transportados, pero la información es almacenada en un núcleo necrón, ubicado en otro lado. Eso los vuelve completa, absolutamente diferentes; como los Necrones y los Khemri.
-¿Eso quiere decir que si la guadaña es destruida los pasajeros no nos morimos si sacamos un 1?
Obyron me miró con cara rara (o sea, más rara que la habitual de robot asesino), y respondió:
-¿Todavía seguís ebrio? Sigue siendo un transporte; aunque no esté transportando nada y estemos en otro lado.  De hecho, si la guadaña en la que “estamos” volando fuera derribada ahora, la explosión saldría por ese portal y nos agarraría en esta habitación pequeña.

Me paré detrás del Nemesor, interponiendo ambos necrones entre el portal y mi borracha figura, así que no les costó a ninguno de los dos imaginarse el porque de mi movimiento. Obyron habló nuevamente:

-No te preocupes. Ahora estamos volando demasiado alto para ser derribados en partidas normales, y nuestro curso de vuelo no nos lleva sobre ninguna de aeronáutica Imperialis...
-¿Como sabés eso?
-Tenemos wi-fi con el piloto... ¿Porqué otro motivo pondríamos un necrón que opere la guadaña si no? 
-¿Puedo ver el video?
-Con tu teléfono. La clave de la red es "Sautekh12345", con S mayúscula.
-¿Contraseña WEP?. Bastante pobre, la verdad...
-Intenta administrar un trillón de redes diferentes y despúes discutimos... Tenemos necrones que todavía corren windows XP.
-¿Service pack 3?
-Nope.
-Putamadre...

Eso si era preocupante. Por otro lado, el video que llegaba de la cabina era un sueño. Volábamos sobre montón tras montón de partidas de 40k, como las que juegan ustedes o yo. En cientos de escenarios diferentes, escuadras de choque se enfrentaban con lobos espaciales, mientras los hidras de la guardia atacaban otras guadañas no muy diferentes a esta en que viajábamos. Ángeles Sangrientos combatían con hermanas aliadas contra marines del caos y demonios, la estela de los misiles exorcista visibles aún en la pequeña pantalla de mi teléfono.

El nemesor se dirigió a mi.
-Lo que estás viendo, Ollanius, es el 40k que todos conocemos. Novena en su estado común. Ejércitos decentes, muchos marines, pocos vehículos. Casi ninguna de estas mesas que vez emplea las unidades que viste en el playón de estacionamiento, y la acción es frenética en la mayoría, aun cuando sus tácticas sean más primitivas que las empleadas por los Overlords de la tercera dinastía hace millones de años...
-Si, me doy cuenta. Conozco bastante de la escena de 40k. Mantengo un blog y todo...
-Lo se. Lo leo a diario.

Mentiroso me había resultado el Nemesor...

De todas maneras, llamó mi atención que la guadaña no redujera su velocidad sobre ninguno de estos campos de batalla, dirigiéndose velocísima hacia unas montañas en el horizonte. Cuando finalmente las atravesamos, otros campos de batalla se desplegaron bajo nosotros. Eran bastante más escasos, pero también eran más bellos. El portal de la habitación en la que estábamos se agitó, y por un momento temí lo peor, pero rápidamente nos bañó la luz blanca, y nos encontramos habíendo desembarcado en los lindes de un campo de batalla.

La guardia se enfrentaba a tiránidos en una ciudad invadida por la jungla. El nivel de detalle de cada vehículo, cada monstruo, era simplemente asombroso. Por aquí, un térvigon tenía un termagante a medio salir de su saco dorsal, mientras que por allá, los scions tenían impactos de munición en sus hombreras, y uno incluso había sido arañado en la máscara y tenía el lente óptico izquierdo quemado. Las garras óseas parecían verdaderamente óseas, y una magnífica conversión de arpía se preparaba para atacar un Macharius cuyos cañones estaban con los tubos al rojo vivo de tanto disparar. La escenografía no se quedaba atrás: miniaturas convertidas en estatuas decoraban un santuario imperial bellísimo, esculpido con materiales de arquitecto, y la vegetación que lo invadía eran costosísimas imitaciones para decoración de interiores, además de cactus pequeños y un bonsai de verdad, que servía de cobertura para un biovoro. El Nemesor, señalando con su báculo hacia la batalla, me habló.

-Te he traído aquí para que veas esto, Ollanius. Esta es la zona donde se juegan las partidas que nadie ve, aquellas que nadie menciona, ni en los blogs ni en reddit. Esta en particular es de dos amigos, ambos excelentes hobistas, que solo pueden jugar entre sí porque no hay más jugadores locales. Aún así, han construido esta mesa y toda la escenografía que ves en ella, y han pasado horas modelando cada miniatura individualmente, solo para jugar una vez cada dos meses, cuando pueden desenchufarse de sus obligaciones.
-Ey! Encuentro ofensivo lo que dice! Está dando a entender que ellos le ponen más voluntad al juego que yo, lo que es injusto: yo también tengo una mesa en la que voy a poner escenografía linda, y estoy repintando mis ejércitos...
-¿Ah si?¿Puedo preguntar desde hace cuanto?

Ahí tuve que hacerme más el borracho de lo que estaba y balbucear incoherencias. Hacía varios años. La verdad, es que Zahndrekh tenía razón. Esta era una batalla con dos listas horribles, jugada por dos personas que se confundían con las reglas de movimiento -probablemente fuera la segunda o tercer batalla de novena que jugaban-, pero todo era tan lindo que si tuviera que explicarle a alguien ajeno al entorno en que consiste este juego, es la batalla que les haría ver. Sin dudarlo. Mi cara de póker debe haber fallado con los necrones tal como lo hace en mis partidas de cartas, porque Zanhdrekh continuó:

-Has visto todo lo que tenía para mostrarte, Ollanius. -Dijo el Nemesor. -Pero como me mentiste con el tiempo de pintura, voy a caer en la costumbre de Coteaz... Bueno, casi. No voy a ser yo quien te golpee: será Obyron: yo nunca he golpeado un cliente. Dale con el cabo, Vargard.

En un solo movimento, el guardaespaldas del general desenvainó su dáculus, lo hizo dar una revolución en el aire y lo dirigió hacia mi estómago; pero esta vez, no esperé el impacto:

-Momento! Momento! Momento! -Exclamé desesperado. -¿Puedo decir algo antes de que me pegues?
-No veo porque no, -dijo el necrón, haciendo una pequeña pausa.
-Puta Madre.

Cuando desperté estaba en el suelo de otro campo de batalla, muy diferente al anterior. Era una batalla bastante grande: Blood Ravens y Ultramarines, a juzgar por las libreas, contra lo que parecía ser Eldars y Harlequines. Vehículos de colores futuristas intercambiaban disparos, y tenían colocados numerosos marcadores de status. Había un mazo de cartas al costado de una colina. La calidad de la pintura no era la mejor, pero la batalla se desarrollaba de manera rápida y clara, como pocas veces vi. Me pareció notar una silueta a mi lado, así que automáticamente me cubrí la cabeza... Pero nada ocurrió. Cuando bajé los brazos, un tiránido prime me miraba con ojos ausentes, y comprendí que se trataba del fantasma de los Warhammers futuros. Sin decir una palabra, señaló con su garra hacia el cielo, y me vi a mi mismo, en una versión gigantesca y envejecida (diablos, debo ponerme a dieta),  tirando los dados y conversando con mi oponente.

Mi "yo" colosal estaba desconcertado: su rival estaba explicando una nueva regla que anulaba buena parte de la estrategia que él venía llevando, y le preguntaba donde había salido semejante barbarazo. La respuesta fue "De la actualización semanal. Está en la app. ¿No la leíste?"

Y ahí entendí todo. Estaba viendo una batalla varios años en el futuro. Eso explicaba la velocidad de la partida: las reglas eran claras y la ambiguedad había sido reducida a un mínimo. Cada situación tenía su efecto definido, las unidades tenían una diferenciación clara, y a juzgar por los diferentes tipos que se veían, no había tanta necesidad de spam.

¡Era un fraking paraíso! ¿Porque mi yo del futuro estaba tan enojado? Mirándolo desde la mesa -y con riesgo de contraer tortícolis, seguí escuchando a mi futuro yo:

-Esto es ridículo. Ok, las reglas están bien, pero no es posible que cada dos meses haya que cambiar la mitad de un ejército para mantenerse en el juego competitivo!! De donde se supone que saque el tiempo  para todo eso si ya no soy un adolescente?? Y dicho sea de paso, hay alguna miniatura de mujer en el juego que NO tenga un bikini y alguna mini de hombre que no sea look tacticool?

No se por cuanto tiempo más siguió mi "doble". Aparentemente, en onceava el juego se había convertido en un gran sistema, pero requería un nivel de compromiso digno de Magic the Gathering, con piezas mucho más caras. La sobresexualización había continuado, y cada una de las miniaturas estaba en poses "súper dinámicas", que hacían que todo pareciera una batalla de super héroes individuales. En un momento dado, mi yo gigantesco pronunció palabras que nunca pensé oir de mi propia boca:

"No juego más. Me harté. Mañana vendo toda esta mierda por lo que me den."

El fantasma de los Warhammers Futuros me miraba impasible, con sus ojos en blanco. Lo agarré de la muñeca, preocupadísimo.

-Porqué me mostrás esto?? -Le dije desesperado. -Este es el único futuro posible?? Me encanta este juego: a tanto llegaría por los cambios en las reglas??

El tiránido prime siguió sin decir palabra, señalando a mi yo futuro, que acababa de estrellar contra el suelo un vidente hermosamente esculpido pero que hacía equilibrio en puntas de pie sobre una roca, como todas las minis eldar que alcanzaba a ver. Cuando volví a encararlo, y mucho antes de que pudiera reaccionar, (¿Habrá alguna adaptación para siempre pegar primero?) hundió su garra en mi vientre; por suerte, sin perforar el pulmón, lo que me dejó suficiente aire para exclamar:
-Puta Madre.

Cuando desperté ya era pleno día. Estaba en mi cama, a medio desvestir, con ropa de salir, y en mi casa hacía un calor infernal -porque olvidarse de cerrar durante un mediodía de verano es una pésima idea.-

Mi piel olía a esa singular combinación de alcohol y perfume (por ser suave con ustedes, lectores) que una buena noche de fiesta produce, y había dejado llaves, teléfono, billetera y demases tirados a lo largo del camino que va de la puerta de entrada hasta mi habitación. Mi primera intención fue tomar una ducha, llegando incluso a abrir la canilla... pero en ese momento, sentí un contra-impulso. Cerré el agua, fui a la habitación donde están las miniaturas, y tras revolver un buen rato, encontré mi Avatar de Khaine, con su pie roto: la primer miniatura que armé y pinté, hace un montón de años. La soplé para quitarle el polvo, y la dejé sobre el escritorio, donde ahora, unas cuantas horas más tarde, estoy escribiendo estas líneas...

40k es para mi un juego, o sea, un conjunto de reglas, y creo, pese a mi extraña experiencia con los fantasmas de los warhammers, que quien tiene miniaturas para no usarlas se pierde de mucho. Pero ese no es el único el punto del hobby. La verdad sobre 40k es que su encanto no existe exclusivamente en ganar las partidas, si no en todo lo otro que trae aparejado, y que el Covid dejó de manifiesto. Desde la dicha que sentíamos cuando éramos más jóvenes y esa miniatura que amábamos hacía algo sorprendente, hasta las horas que se pasan pintando una única miniatura para después mostrarla a los compañeros de juego.

Jugar en una mesa con excelente escenografía, con todas las miniaturas pintadas, es también un deleite, especialmente si se hace con buenos amigos,  tranquilo. A lo largo de los años, me he divertido en casi todas las batallas que he jugado, sean competitivas o no, y he conocido gente excelente de todo el mundo con la que sigo en contacto aún, todo porque un día, armé y pinté un Avatar de Khaine.

Y en ese punto, todos los jugadores de 40 somos iguales, y queremos lo mismo.

¡Felicidades de parte de los que hacemos Tozudos!

14 comentarios:

  1. No es justo. Reclamo ver ese avatar XD

    Buenos psots. La verdad, a mi me parece que todo esto de las listas culoduras no va a durar mucho. Mentira. Pero, teneis que ser conscientes, llevamos con los combos culoduros desde los inicios del juego, tanto en fantasy como en el 40k. Pero, si hay algo que siempre se mantendrá, dan igual los paises, las lenguas o las culturas, es la ilusion por jugar. Nadie os obliga a jugar con la ultima edición que haya salido, y mucho menos con miniaturas

    Siempre queda el paperhammer

    Saludos, y enhorabuena por el post

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    1. Hola fer! Gracias por pasar, y felices fiestas!

      Me secuestraron la cámara con motivos navideños, pero ya la voy a buscar y subo un par de fotitos!!!

      Concuerdo enteramente con tu opinión, tanto sobre la forma de juego como las actitudes de nosotros los jugadores!!

      Creo que hasta el paperhammer nunca llegué, pero eso es solo porque tenemos muchas minis en el grupo; pero proxies?? PFF! No hay otra manera de jugar con tantos ejércitos si no!

      Se agradece el halago! Nuevamente, Felicidades!

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  2. Muy buen post!

    Es verdad! Hay muy pocos que juegan con ciertas unidades porque les gustan, ya sea la miniatura en si, su historia que se va formando a lo largo de las partidas o el trasfondo de la misma.

    Como bien decis, a los que son de alma "más hoobystas" les gusta tener todo su ejercito pintado, el escenario super decorado, no se les escapa ni un detalle! Aunque sus listas no sean las mejores.

    No es el caso de los que juegan exprimiendo al máximo cada punto de la lista de ejército, estos en su mayoría, no tienen los ejércitos pintados y ni se preocupan mucho por la escenografía, basta con saber cual da cobertura de 4 y cual de 5, jajaja.

    Recuerdo cuando usaba la mayor cantidad de Dreads que podía con mi listas de AS, que momentos! Pero a medida que me metía más y más en el juego, a leer Blog como este :P e intentar sacar la mejor lista posible, todas estas minis que en su momento compre porque me gustaban, quedaron en la repisa... Siquiera exponiéndolas, sino, dentro de una triste caja.

    Pero es en parte también de cómo va evolucionando el grupo de amigos/gente con la que jugas, si todos empiezan a tirar a unas listas más competitivas... Te terminas acostumbrando y haciendo lo mismo, ya sea por armar listas chanchas y ver de que es capaz tu ejército o de solo hacerlo para ganar, nadie juega para perder.

    ¿Cuál es el problema de esto? Cuando llegas a cierto punto de "limado" en el grupo, donde casi nadie puede ganarte a menos que tengas mucha mala suerte. Y eso lleva a que los demás no quieran o no le den las mismas ganas de jugar contra vos, porque como dije antes: Nadie juega para perder.
    En cambio uno esta súper emoción por probar la letalidad de su nueva lista y evaluando cada parte de la misma a ver en que la puede mejorar. No hay el mismo nivel de ganas de jugar por ambas partes.

    Por mi parte, todavía no me imagino un 40k en el futuro, ya que empecé hace poco con este (casi terminando 5ta), asi que no puedo decir nada al respecto :P Pero espero que nadie llegue a ese nivel de querer vender todo a la goma.

    No sé cómo, pero escribí banda, jajaja. Espero no resulte pesado para el que lo lea.

    Saludos!

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    1. Hola Martín! Te inspiraste!

      Coincido con todo lo que decís sobre los diferentes tipos de jugadores: y es cierto que depende mucho del grupo en el que uno juega y para donde va; y diría que los tres principales tipos de jugadores son esos:

      -El que solo quiere usar sus bonitas miniaturas
      -El que quiere usar sus bonitas miniaturas y se cree que su lista es buena
      -El que se termina pasando de limado.

      Yo que obviamente está claro donde estoy entre esas categorías, lo he solucionado solo usando las listas de torneo cuando alguien lo pide o bien... en los torneos y partidas de práctica para; el resto del tiempo, juego con el ejército que mi oponente prefiera. (Vassal, por otro lado, es Free for all!)

      No se si el término exacto sea "nadie juega para perder": está lleno de ocasiones en las que uno o sabe que va a perder de antemano, o se da cuenta que va a perder en el turno dos, y sigue jugando. Lo que creo, firmemente, es que nadie juega para perder TODAS las veces, y eso si que es soberano embole.

      Y el futuro, si algo entendí de terminator, es el que nos hacemos XD

      Gracias x el comment!

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  3. Por eso deje de jugar Magic y Heroclix (en parte)... Me gusta la idea de personalizar mi ejército, hacerlo único... Disfrutar del hobbie en su totalidad... Ahora me quedo con WH 40k.
    PD: los tanques Tau ni son buenos? Y de los 2 cabeza de martillo cual es el mejor? Las armaduras miméticas y los francotiradores ?

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    1. Hola Chris, que bueno verlo por aquí!

      Seee! Completamente de acuerdo contigo sobre los diferentes niveles de los tres juegos que mencionas; y te diré que a la larga, terminas gastando menos dinero en 40k que en magic: yo vengo convirtiendo y reversionando miniaturas que compré hace mil años y todavía uso; y ya cuando cambio alguna es porque me gusta el modelo y quiero tenerlo!

      Respecto a tus preguntas:

      Los tanques tau son muy buenos -o sea, el hammerhead con railgun. El otro es basura- El problemas es que punto por punto, son igual de resistentes en general que el mismo número de puntos en apocalipsis, y las apocalipsis son acopladas, vienen con un personaje que hace disparos de precisión y resisten mejor a los voladores, así que es el contexto del juego lo que los vuelve poco populares.

      Las armaduras miméticas no sirven porque son:
      -Caras
      -Sus armas no tienen suficiente alcance para evitar que los asalten después de disparar.
      -Y solo añaden fuerza 5 en un ejército al que no le falta ni f5 ni capacidad anti infantería, así que no suman nada a la generalidad. Además, se comen un slot de crisis, que son lo mejor del códex.
      Tooodos estos argumentos son iguales para los francotiradores, pero reemplazando F5 por F6, y apocalipsis por crisis, salvo el del alcance!

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    2. Me encantó la onda de este artículo y aún más la comparación entre MTG y WH. Aclaremos algo de entrada: jugar Magic a nivel competitivo es muchísimo más caro que jugar 40k por donde se lo mire.

      A esto se los digo por experiencia. Nunca fui un groso del magic pero clasifiqué a dos nacionales y esto me llevó a rozarme con la élite competitiva del magic argento. No podrían creer la cantidad de horas por día que le dedican estos pibes a "estudiar", "analizar" y "entrenar" para torneos de distinto formato, ni la cantidad de dinero que requiere viajar y conseguir cartas. En este punto el magic es casi como un deporte.

      Y lo peor de todo parece ser que cuando la gente llega a determinado nivel ya no puede volver atrás. Se quedan como trabados en una pose elitista y supercompetitiva, analizando todos los mazos, jugadas y matchups como si la obligación de cada piebe que se sienta en una mesa a jugar un par de "mágicas" sea sacarle las tripas al rival en el menor tiempo posible.

      En fin, estas actitudes (y la necesidad de llevar una vida real) me llevaron a alejarme del mtg.

      Lo bueno: probablemente como en todos lados (ciertamente fue así en WH), la gente que te deja. Muchos pibes valiosos, algunos de los cuales se han convertido en amigos sin ningún hobby de por medio.

      Espero que WH no transite esa senda, o que nosotros no la transitemos dentro del hobby.

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    3. Hola Estimado Orco Con Armas Mecánicas de Extirpación de Extremidades!

      Me alegro que le haya gustado, y debo admitir que es usted una caja de sorpresas: trompetista y jugador de M:tG??? Realmente es como un deporte, o como el ajedrez pro!

      Esas actitudes que mencionás, por otro lado, son muy comunes en cualquier actividad a la que se le dedica mucho tiempo: operan como un mecanismo auto justificatorio porque se retroalimenta solo!

      Ah, esa vida real! Como complota contra el frikismo! ♪♫Qué le habrán hecho sus labios, que le habrán hecho, para dejarle en el pecho, tanto dolor ♪♫

      Respecto a su proposición final, Amén, hermano! Amén! :)

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  4. De lo mejorcito que he leido esta semana. Consiguio sacarme mas de una y mas de dos sonrisas.

    Por un lado me alegro de jugar de tanto en tanto partidas no competitivas donde poder sacar mis tiranidos, o suicidar a mis necrones con alocados despliegues rapidos con el velo... y aun asi envidio a mis amigos con mas cpacidad que yo para seguir usando ese monolito, o ese talos, o ese lndraider que compraron porque era taaaan bonito.


    Respecto a las navidades futuras, me extraña que no viera a ese chavalin usando una tablet para simular la mesa, calcular distancias y movimientos, poner marcadores y tirar los dados...

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    1. Como le va, Don Private! Felices fiestas para ud!

      Me alegro que le haya gustado! Como ocurrió con "La Familia Warhammer" , no dejo de tener mis dudas sobre si hacer ese tipo de entradas :P

      Concuerdo con lo de la alegría de jugar cada tanto partidas no competitivas, ese era el sentimiento que quería expresar; y respecto a los land raiders, no todo está perdido!

      Respecto al futuro, creo que el cambio que se viene es el 3d printing antes que la simulación digital: las computadoras ya tienen un nivel de fotorrealismo bastante superior al de las miniaturas -al menos que las de los que no ganamos golden demons- y no han acabado con el hobby; lo único que en ese sentido podría cambiar la forma de juego es una mesa tipo la surface de microsoft, pero no la veo abaratándose lo suficiente en las dimensiones que se usan en el juego dentro de 5 años..

      Y eso explica por que el chavalín no tenía una. En cambio, en el caso de mi versión futura, la explicación era claramente la pobreza XD

      Gracias por el comment!

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  5. Muchas gracias por las aclaraciones...
    Sólo podría agregar que cuando uno juega con un ejercito que es de menor potencia contra una lista probada y competitiva en un ambiente amistoso (no torneo), lo hace como si fuera un juego de PS3 en nivel difícil o superdificil... sólo por la satisfacción de poder ganar en contra de toda estadística.:D ... es un placer indescriptible...

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    1. De nada, Sr. Chris: nunca es molestia.

      Concuerdo 100% con su afirmación: es una sensación fantástica!!!!!!

      Le está yendo bien en sus partidas, presumo?

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  6. Hola.
    Más de medio año despues de que lo escribieras(y no tanto desde que lo vi por primera vez,he encontrado un hueco para poder leer tu "A Christmas Charol 40.0".

    He de decirte que lo he disfrutado como un enano (me parto de la risa) y el final me ha parecido de Disney(por la cualidad de los finales de estas peliculas para soltar mi lagrimilla facil).

    Me he visto a mi mismo comprando mi primera mini de Exarca,o pidiendo que me enseñaran esa caja con todos los arlequines(antiguos)...O atreviendome a pintar mi Avatar porque había decidido que ya me iba a quedar bien...

    Gracias Ollanius...Te juro que me hartado de reir

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    1. Nah, gracias a ti, C!

      Si meses después alguien lo encuentra bueno, esta tonta idea de tener un blog sobre 40k resulta mucho mejor de lo que esperé nunca, como ocurre cuando leo a aquellos que se detienen a comentar la siguiente idea idiota que se me ocurra sobre el juego!

      (muchas gracias por comentar!)

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